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sábado, 22 de octubre de 2011

Batalla de Holanda

La Batalla de Holanda formó parte de las batallas libradas durante la Batalla de Francia durante los inicios de la Segunda Guerra Mundial. La batalla empezó el 10 de mayo de 1940 y terminó una semana después, con la rendición del gobierno holandés ante la Alemania Nazi. Si bien gran parte del ejército holandés estaba intacto para el momento de la rendición, la destrucción de Rotterdam por bombarderos alemanes forzó la prematura capitulación, con la condición de evitar que otras ciudades holandesas sufrieran el mismo destino que Rotterdam.

Después de la Invasión de Polonia en 1939, Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania sin embargo nada pasó en el Frente Occidental durante ese período. Por ese motivo, fue bautizado como la Guerra en broma. Holanda por su parte había ignorado el rearme alemán y no había tomado ninguna medida para prepararse ante una posible guerra.

Debido a la inexistencia de líneas defensivas importantes en Holanda, tanto el bando aliado como el bando del Eje miraron a Holanda y a Bélgica como la mejor ruta para atacar a su oponente. A pesar de las continuas insistencias aliadas de que Holanda y Bélgica se unieran al bando aliado, estos dos países mantuvieron su neutralidad, incluso después de que los belgas obtuvieran los planos del ataque alemán, donde quedaba clara la intención germana de invadir Francia, invadiendo primero Bélgica.
Francia, por su parte, consideró respetar la neutralidad de Bélgica y Holanda hasta el verano de 1941, época en que pensaba lanzar una importante ofensiva sobre Alemania, que finalmente nunca llegó a realizarse.

Después de la Invasión de Dinamarca y de Noruega, ambas neutrales, el gobierno holandés empezó a tomar medidas defensivas, preparándose para un posible asalto aerotransportado, sin embargo la mayoría de la población creía de forma ingenua que tanto los aliados como Alemania iban a respetar su neutralidad como hicieron en la Primera Guerra Mundial.


Desde el principio se consideró que una batalla contra Alemania jamás podría ser ganada por Holanda. Esto motivó a que los holandeses se ampararan en el recurso de la neutralidad en lugar de explotar su potencial defensivo, que incluía una población joven numerosa, así como una industria moderadamente importante. Esta inacción contrastaba con las actividades de rearme alemanas que a inicios de la guerra contaba con bombarderos Stuka, rifles de asalto, tanques, etc. De esta manera, al iniciar la guerra, los cuerpos blindados en Holanda eran casi inexistentes, y los rifles eran de fabricación anterior a la Primera Guerra Mundial.


La escasez de armas era uno de los principales problemas de Holanda, por ende solamente se pudieron formar 8 divisiones y una división motorizada. En contraste Bélgica, con menor población, tenía 22 divisiones. En 1939 el gobierno holandés intentó cambiar la situación pero se encontró con que Gran Bretaña y Francia no querían venderle armas, en parte como represalia por no unirse a su bando. Alemania obviamente no quería venderle armamento al país que pensaba invadir. El gobierno holandés no recurrió a la Unión Soviética porque no reconocía su gobierno. En cuanto a fortificaciones defensivas, Holanda no poseía fortalezas modernas como la de Eben Emael en Bélgica, sus líneas defensivas se basaban en gran parte en filas de bolsas de arena, útiles en 1914, pero obsoletas en 1940.

Debido a la escasez de artillería, de fuerza aérea, de fortalezas modernas, la inexistencia de tanques y el mediocre entrenamiento de las tropas holandesas, no era de extrañar que los generales alemanes pronosticaran conquistar el núcleo de Holanda en un día.

Gran parte de la defensa de Holanda dependía de la Línea de Agua, creada en el siglo XVII y obviamente obsoleta para 1940. Sin dejarse desanimar los holandeses la movieron un poco más al este en el siglo XIX. En 1940 colocaron puestos de guardia. La Línea de agua estaba colocada de forma tal que los suelos delante de ella podían ser fácilmente inundados, convirtiendo el campo de batalla en un lodazal. El área atrás de la línea fue llamada ingenuamente Vesting Holland ('Fortaleza Holanda'), se planeó inicialmente replegarse a esa zona ante la invasión alemana, con la esperanza de que este país sólo ocuparía las provincias del sur necesarias para invadir Bélgica y dejaría el resto de Holanda en paz.

Cuando la guerra se volvió inminente, los holandeses construyeron la Línea Grebbe que debía resguardar las áreas no protegidas por la Línea de Agua. Por supuesto, esta nueva línea defensiva no cambió en gran manera el desarrollo de la batalla.
Después que Noruega y Dinamarca fueran invadidas, Holanda se preparó para un posible ataque de paracaidistas sobre La Haya y Rotterdam. Esta fue una de las pocas acciones acertadas que se llevaron a cabo para evitar la invasión.



Inicialmente la intención de Alemania era de ocupar las zonas de Holanda necesarias para el asalto sobre Bélgica y Francia, sin embargo la insistencia del jefe de la Luftwaffe Hermann Goering de capturar las bases aéreas holandesas para la futura Batalla de Inglaterra obligó a considerar la conquista total de Holanda.

Por supuesto, jamás se consideró de vital importancia la captura de Holanda, ya que si el ataque sobre Bélgica era solamente un ataque de diversión, era normal esperar que no se asignaran muchas tropas a la conquista de la primera. Por ende, el 18º ejército alemán, el más débil de los ejércitos alemanes fue designado para la batalla. Este ejército sólo poseía cuatro divisiones regulares de infantería, mientras que las otras tres divisiones eran de reserva. La gran mayoría de los soldados no tenía experiencia de combate y entrenamiento insuficiente.

Dandóse cuenta de la baja calidad de las tropas destinadas a la ofensiva, se les asignó además la única división de caballería alemana y varias divisiones SS, entre las que se encontraba la División SS Leibstandarte SS Adolf Hitler.

Sin embargo, la superioridad alemana no era suficiente para asegurar una rápida victoria, por lo que se recurrió a la 7º División de Paracaidistas y a la 22ª División de Infantería Aerotransportada, cuyo objetivo sería descender en La Haya y capturar varios importantes personajes del gobierno, entre los que se incluía el Alto Mando Holandés y la Reina Guillermina, de hecho algunos oficiales tomaron clases de protocolo real, preparándose para el momento de detener a la casa real holandesa. Conscientes de que el asalto aerotransportado sobre La Haya podía fracasar, se preparó la 9ª División Panzer con 141 tanques para evacuar a las tropas de la ciudad. Al mismo tiempo se planificó que dos divisiones atacaran la Línea Grebbe.



En la madrugada del 10 de mayo de 1940, aviones alemanes cruzaron el cielo holandés pero pasaron de largo hasta el Canal. Los holandeses creyeron que los aviones se dirigían a Gran Bretaña, pero los escuadrones dieron media vuelta sobre el Canal y regresaron a las bases holandesas, destruyendo a la mayoría de la Fuerza Aérea de Holanda en el suelo.

Inmediatamente después las fuerzas aerotransportadas fueron lanzadas desde Ju 52, sin embargo el fuego antiaéreo holandés logró derribar unos 275 de estos aparatos durante toda la batalla. Esta fue la primera señal del fracaso alemán en La Haya. Los paracaidistas no pudieron capturar a tiempo el aeropuerto acordado, por lo que cuando los aviones alemanes con soldados a bordo empezaron a aterrizar fueron destruidos por los pocos carros armados que tenía Holanda. Inmediatamente fue suspendido el aterrizaje en el aeropuerto original y los aviones empezaron a aterrizar donde podían, quedando las tropas dispersas. Eventualmente los paracaidistas tomaron el aeropuerto, pero cuando llegaron los refuerzos holandeses, los alemanes tuvieron que huir.

En Rotterdam la situación fue distinta, los paracaidistas encontraron seria resistencia, pero al aterrizar más y más soldados, los defensores holandeses fueron superados. Todos los puentes importantes fueron capturados cerca de Rotterdam.

El intento alemán de capturar puentes sobre el Nuevo Mosa consistió en disfrazar holandeses voluntarios, pertenecientes al Partido Nazi de Holanda, como policías llevando soldados alemanes como prisioneros de guerra, con el fin de engañar a los equipos de detonación de puentes holandeses. Si bien la mayoría de intentos fracasó, siendo volados algunos equipos de captura junto con los puentes, un puente en particular fue capturado, permitiendo que un tren descargara soldados alemanes detrás de las líneas defensivas holandesas.




Historial de combate

En la mañana del 10 de mayo de 1940 los holandeses despertaron con el sonido de la aviación alemana surcando el cielo. La Alemania nazi había comenzado a ejecutar el Plan Amarillo atacando Holanda, Bélgica, Francia y Luxemburgo: en el caso de los Países Bajos, prescindiendo de una previa declaración de guerra.

Durante la noche la Luftwaffe violó el espacio aéreo holandés, lo atravesó y desapareció por el oeste, dando a los holandeses la impresión de que se dirigían directamente a Gran Bretaña. Pero los escuadrones alemanes dieron la vuelta en el cielo del Mar del Norte, girando al este de nuevo para llevar a cabo un ataque sorpresa sobre los aeródromos holandeses. Muchos aviones fueron destruidas en el suelo. Los escasos aviones holandeses que lograron despegar consiguieron abatir trece aviones alemanes, pero la mayoría fue destruida durante la lucha.

Justo a continuación, los paracaidistas tomaron tierra. Las baterías antiaéreas holandesas pudieron derribar numerosos aviones de transporte Ju-52; los datos oficiales se perdieron posteriormente, pero se estima que unos 275 aviones de transporte fueron abatidos durante la campaña holandesa.

El ataque sobre La Haya terminó en fracaso. Los paracaidistas no consiguieron capturar el aeródromo principal, Ypenburg, a tiempo de permitir el aterrizaje seguro de las tropas de infantería en los Junkers. Los Landsverks destruyeron las dos primeras oleadas de Junkers, matando a la mayoría de sus ocupantes. Una vez que la pista de aterrizaje quedó bloqueada por los restos de aviones destrozados, las siguientes oleadas abortaron el aterrizaje y trataron de buscar alternativas, a veces desembarcando a sus soldados en prados o en playas, ocasionando así la dispersión de las tropas.

El campo auxiliar de Ockenburg se demostró ineficaz, dado que estaba todavía en construcción. Finalmente, los paracaidistas ocuparon Ypenburg, pero fueron inmediatamente atacados.Un regimiento completo de infantería estaba estacionado en las inmediaciones del aeródromo, y con apoyo de la artillería dispersó a los alemanes en unas horas. El aeródromo de Valkenburg fue asimismo reconquistado, obligando al resto de tropas aerotransportadas a buscar refugio en el pueblo cercano.

El ataque sobre Rotterdam fue mucho más exitoso Primero, 12 hidroaviones, transportando 120 hombres, tomaron tierra en el centro de la ciudad, desplegando grupos de asalto que conquistaron la antigua Willems Bridge para establecer cabezas de puente sobre el Nieuwe Maas. Entonces, el aeródromo militar de Waalhaven, situado al sur de la ciudad en la isla de IJsselmonde, fue atacado por fuerzas aerotransportadas.

Un batallón de infantería estaba emplazado aquí, pero tan cercano a las pistas que los paracaidistas aterrizaron en medio de sus posiciones. Una confusa lucha sucedió a continuación. Una primera oleada de Junkers fue parcialmente destruida, pero esta vez los transportes continuaron aterrizando a pesar de las bajas. Al final, los defensores holandeses fueron aplastados. Las tropas alemanas, aumentando en número sin cesar, comenzaron a moverse hacia el este para tomar contacto con los paracaidistas que tenían que ocupar los otros dos puentes de vital importancia. En la Isla de Dordrecht, el puentefue capturado, pero en la ciudad la guarnición aguantó.

Los grandes puentes de Moerdijk sobre el extenso estuario del Diep, conectando las islas con la provincia de Brabante Septentrional fueron capturados, estableciéndose cabezas de puente fortificadas en ambas márgenes. En la localidad de Moerdijk se cometieron crímenes de guerra, cuando seis oficiales capturados fueron ejecutados al negarse sus tropas a rendirse.

Los alemanes trataron de capturar intactos los puentes sobre el Ijssel y el Maas, usando comandos que comenzaron a infiltrarse en la frontera holandesa el 8 de mayo. En la noche del 10 de mayo, se aproximaron a los puentes: unos pocos hombres de cada equipo se disfrazaron con uniformes de la policía militar holandesa y simularon estar trasladando a un grupo de prisioneros alemanes, intentando confundir a los grupos holandeses encargados de volar los puentes.

Algunos de esos "policías militares" fueron holandeses reales, miembros del Nationaal-Socialistische Beweging, el Partido Nazi Holandés. La mayoría de estos intentos fallaron, siendo los puentes finalmente detonados (en dos ocasiones con los comandos incluidos). La principal excepción fue el puente de ferrocarril de Gennep. Inmediatamente, un tren militar lo cruzó, atravesando la Posición Peel-Raam en Mill y desplegando un batallón de infantería tras la línea defensiva.

Los holandeses publicaron los informes sobre los soldados alemanes disfrazados en las agencias internacionales de noticias. Esto causó un gran miedo a la quinta columna, especialmente en Bélgica y Francia. Sin embargo, y a diferencia de la situación que se produjo después en esos dos países, en Holanda no se produjo ningún éxodo masivo de refugiados civiles atestando las carreteras.

Generalmente, los soldados alemanes se comportaron con corrección con la población holandesa, formando ordenadas colas en las tiendas para comprar bienes difíciles de adquirir en Alemania a causa del racionamiento, como el chocolate.

Tras los mayoritariamente fallidos asaltos a los puentes, las divisiones alemanas iniciaron intentos de cruce sobre los ríos Ijssel y Maas. Las primeras oleadas fueron generalmente rechazadas, a causa de un insuficiente desgaste previo de las fortificaciones. Un bombardeo posterior destruyó estos puntos fuertes, permitiendo a las divisiones de infantería cruzar el río tras construir pontones; sin embargo, en algnas zonas, como en Venlo, el intento fue rechazado con éxito.

Incluso antes de la llegada del tren armado, cuerpos del 3er Ejército habían sido ya retirados de la posición Peel-Raam, llevando consigo toda la artillería, si bien cada regimiento dejó un batallón preparado tras de sí, con catorce "batallones fronterizos", como fuerza de cobertura, llamada la “División Peel". Los cuerpos se unieron a seis batallones que ya ocupaban la línea Waal-Linge, reforzando así de nuevo la posición: sin embargo, poniéndose a si misma en una situación en la cual no podría tener posteriormente influencia en la batalla, un cuarto del ejército quedó, a efectos prácticos, convertido en una fuerza irrelevante.

La División Ligera, con base en Vught, fue la única reserva móvil de la que el Ejército Holandés pudo disponer. Se decidió que efectuase un contra-ataque sobre las tropas aerotransportadas alemanas desembarcadas en IJsselmonde. Sus regimientos marcharon sobre los puentes de los ríos Maas y Waal, para girar entonces al anochecer a la izquierda a través del Alblasserwaard, alcanzando el río Noord, que separaba este pólder de IJsselmonde.

Allí descubrieron que el único puente, construido en 1939, había sido dejado sin vigilancia por los paracaidistas, simplemente porque los alemanes desconocían su existencia debido a la no actualización de sus mapas. Se decidió sin embargo posponer un intento de cruce hasta el día siguiente, cuando la artillería hubiese estado preparada para apoyarlo. Ni siquiera se estableció una cabeza de puente.
Mientras tanto, al atardecer del 10 de mayo, los primeros efectivos de la Primera División Mecanizada Ligera francesa habían comenzado a llegar a Holanda. Esta división era la parte del 7º Ejército Francés desplegada más al norte; su misión era asegurar la comunicación entre Holanda y el puerto belga de Amberes.


Unidades del ejército alemán habían ya alcanzado la parte sur de la línea Grebbe al atardecer del día 10. Esta sección no había sido inundada, y por tanto estaba protegida por una línea de puestos de avanzada (voorpostenlinie), cubiertos por un batallón de infantería. Hacia las tres y media de la mañana del día 11, la artillería alemana comenzó a bombardear los puestos, seguida al amanecer por un ataque a cargo del regimiento de las SS Der Führer. Superados en número e inadecuadamente armados, el batallón resistió como pudo, pero hacia el atardecer todos los puestos avanzados estaban en manos alemanas. Un contrataque nocturno holandés fracasó, sobre todo por causa del “fuego amigo” recibido a cargo de tropas holandesas no informadas del avance.

Al finalizar el día 10, en Brabante Norte se dio la orden de retirada desde la posición Peel-Raam al Zuid-Willemsvaart, un canal algunos kilómetros al oeste. Esto supuso abandonar posiciones bien preparadas, así como artillería y ametralladoras pesadas. Además, la margen este del canal era más alta que la oeste, con lo que los defensores no podían ver a los atacantes. Un sector del lado oeste fue dejado sin defensa; dado que este sector contenía un puente que no fue demolido, los alemanes consiguieron cortar en dos con facilidad la posición Zuid-Willemsvaart; hacia el final del día 11, habían cruzado el Zuid-Willemsvaart por todas partes.

El ataque planeado a cargo de la División Ligera quedó también en nada. En un corto período, el puente sobre el río Noord había sido preparado para la defensa por los paracaidistas alemanes, y se demostró infranqueable. Diversos intentos de cruzar el río en botes también fallaron, y, ya por la tarde, la División Ligera recibió órdenes de desplazarse a la Isla de Dordrecht, a donde llegó por la noche.
Más temprano, ese día, se realizaron intentos de cruzar el Oude Maas, por Dordrecht y Barendrecht.

No hubo apoyo artillero y los ataques fueron llevados a cabo de forma indecisa, por lo que, en consecuencia, todos fallaron. Las unidades de reconocimiento de la Primera División Mecanizada Ligera francesa intentaron un ataque en el puente de Moerdij, pero hubieron de retirarse al ser atacados por la aviación alemana.

En Rotterdam, a pesar de los importantes refuerzos recibidos, los holandeses no consiguieron desalojar a los paracaidistas alemanes de su cabeza de puente en el lado norte del Maas. A pesar de haber recibido órdenes de hacerlo del General Student, el comandante alemán rehusó evacuar la posición, y a pesar de los bombardeos a cargo de los dos bombarderos holandeses restantes, los paracaidistas alemanes resistieron. Mantuvieron asimismo la posición en los alrededores de La Haya, donde ninguno de los intentos de eliminar a los aislados paracaidistas tuvo éxito.


Los primeros días

El optimismo holandés prevaleció durante los primeros tres días de la batalla, principalmente a causa de que la velocidad de los acontecimientos impedía disponer de información objetiva y completa. No obstante, la población estaba convencida de que, en caso de ataque alemán, el Reino Unido y Francia vendrían al rescate en unos pocos días y empujarían a los alemanes de vuelta a su país. Los británicos y los franceses no llegaron. El Ejército francés avanzó a través de la frontera belga-holandesa, pero fue obligado a retirarse hacia Dunquerque algunos días después. Si bien hubo algunos pequeños éxitos holandeses, los alemanes avanzaron a gran velocidad.

Los últimos días

El 14 de mayo la situación holandesa parecía haber mejorado: aunque los alemanes ocupaban ya la mayoría del territorio, las ciudades principales y el grueso de la población holandesa estaban aún bajo control holandés. El avance alemán fue detenido en el Kornwerderzand (una línea de puestos avanzados situada en el Afsluitdijk e imposible de sobrepasar); los paracaidistas alemanes resistentes fueron eliminados o rodeados y los panzer alemanes parecían haber sido detenidos en el sur, en Rotterdam. Los holandeses no eran los únicos en darse cuenta de la situación.

El Alto Mando Alemán y el propio Hitler estaban preocupados. Hitler, quien había planeado el ataque a Holanda junto a Von Manstein, temía que los británicos desembarcasen en la costa holandesa y emplearan los aeródromos holandeses para atacar Alemania, por lo que exigió que Holanda fuese derrotada en pocos días.

El final

Se envió un ultimatum a los defensores de Rotterdam poco después. Se les conminaba a capitular inmediatamente; en caso de negativa, serían bombardeados. Cuando el oficial holandés regresaba de firmar la capitulación, de pronto un enorme grupo de bombarderos alemanes hizo su aparición; a pesar de los intentos de aviso mediante bengalas para cancelar el ataque (el por qué la formación no había recibido la orden de abortar la misión sigue siendo un tema controvertido), y aunque un grupo retornó a la base, el otro gran grupo continuó y bombardeó Rotterdam. Cerca de 900 personas murieron y la ciudad sufrió enormes daños, sobre todo a causa de los incendios.

Enfrentado a un nuevo ultimatum que amenazaba con la destrucción tanto de Utrecht como de Ámsterdam, el Comandante en Jefe holandés, General Winkelman, hundido por las noticias de la destrucción de Rotterdam y siendo consciente de que los británicos y los franceses no podrían acudir en su ayuda, decidió que las vidas de la población civil eran más importantes que alargar la lucha unos pocos días más. Decidió que Holanda se rindiera, con la excepción de la provincia de Zeeland, donde la lucha continuó a fin de dar a las tropas francesas un tiempo necesario para su retirada.

Las líneas de defensa de Bath y de Zanddijk favorecían a la parte defensora por su naturaleza geográfica (rodeada de canales) y la isla de Walcheren tenía una línea adicional de defensa en los estrechos de Sloe. Esto permitía a las tropas francesas y holandesas ralentizar el avance alemán, aunque no por mucho tiempo. Sin apoyo aéreo significativo, las líneas de Bath y Zanddijk cayeron rápidamente, quedando sólo Walcheren y Zeeuws-Vlaanderen en manos holandesas, permitiendo una ajustada evacuación de las tropas a través del puerto de Flushing y por tierra hacia Bélgica.

Walcheren cayó cuando la Luftwaffe inició bombardeos masivos sobre Middelburg, la capital de la provincia. No obstante, la batalla de Zeeland puede ser considerada un éxito para los Aliados, ya que consiguió su objetivo: la evacuación de tropas holandesas y francesas. Zeeland se daba ya por perdida, dada su falta de defensas (no formaba parte de la 'Fortaleza Holanda') y su posición geográfica entre la Holanda ocupada y Bélgica, también a punto de caer ante las fuerzas alemanas.

Consecuencias

Tras la derrota holandesa, Guillermina I de Holanda estableció un Gobierno en el exilio en Gran Bretaña. La ocupación alemana comenzó oficialmente el 17 de mayo de 1940. Habrían de pasar 5 años, en los cuales más de 250.000 holandeses murieron, antes de que Holanda recuperase su libertad.

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