La fiscalía pidió una pena de prisión firme, mientras que la defensa pidió la anulación del proceso o la absolución. Sandor Kepiro estaba acusado de complicidad en crímenes de guerra cometidos entre el 21 y el 23 de enero de 1942 en Novi Sad, territorio hoy serbio y entonces anexionado por Hungría, aliada de la Alemania nazi.
En la masacre, murieron al menos 1.200 civiles, judíos y serbios. El acusado, que se declaró inocente, tuvo que responder personalmente por la muerte de 36 personas, cuya ejecución ordenó, según la acusación.
En el proceso, algunos historiadores convocados en calidad de expertos destacaron que los documentos en los que se basó la fiscalía estaban incompletos o elaborados basándose en malas traduccciones.
En 1944, Sandor Kepiro fue condenado a diez años de prisión por un tribunal militar, pero las autoridades de la época anularon la decisión. En 1946, un tribunal del régimen comunista lo condenó en ausencia a 14 años de cárcel. Sandor Kepiro nunca purgó ninguna pena, ya que logró huir a Argentina, donde permaneció más de 50 años, hasta que volvió a Hungría en 1996.