El fusil alemán stG 44 que fue desarrollado en un tiempo récord durante la II Guerra Mundial y despejó el camino para siempre a un nuevo concepto de arma que desde entonces denominamos fusil de asalto. Los inicios del desarrollo que culminaría en el arma más popular de la infantería de nuestros tiempos, el fusil de asalto, hay que buscarlos en la decadente Rusia imperial de 1916. En plena I Guerra Mundial, el ingeniero Federov llegó a producir un fusil denominado Automat que incorporaba selector de tiro para disparar en ráfaga o en fuego semiautomático y cargador curvo separable del arma con capacidad para 25 cartuchos.
La culata era similar a las que poseían los fusiles de la época, pero incorporaba un pistolete situado delante del cargador, sin duda para facilitar el control del arma durante el disparo en ráfaga. El cartucho elegido por Federov para el Automat, fue el japonés 6,5 mm Arisaka que había sido adoptado por algunas unidades después de la guerra ruso-japonesa de 1905. El Automát-Federov participó en la revolución rusa y fue adoptado en pequeñas cantidades por el ejército rojo tras la revolución. Sin embargo, no se fabricaron muchas unidades, tan sólo unas 10.000, porque fue retirado del servicio debido a que no fue popular entre los militares a causa de su fragilidad y la menor potencia de su munición comparada con la cartuchería reglamentaria que se empleaba en el resto de Europa en las armas de cerrojo.
También en Estados Unidos se iniciaron estudios sobre este concepto. Así, en 1917 un proyectista llamado Petersen presentó un complemento aplicable al fusil reglamentario Springfield que permitía disparar en modo semiautomático. La idea de Petersen no tuvo éxito al no aceptar los estados mayores americanos el desarrollo de un cartucho de menor potencia, basándose en el principio de que cualquier nuevo fusil debía emplear la munición reglamentaria del calibre .30. El proyectista Petersen consideraba, sin embargo, que era necesario utilizar un cartucho menos potente para mejorar el control del arma en fuego semiautomático. Además, en la decisión de abandonar el proyecto también influyó la eminente terminación de la I Guerra Mundial.
Pero el desarrollo del concepto en profundidad y su aplicación práctica se tomaría en la Alemania de entreguerras. Las limitaciones militares y armamentísticas impuestas a Alemania por el tratado de Versalles, donde no se permitía dotar a su minúsculo ejército con subfusiles, obligaron a los responsables militares a pensar en nuevos conceptos que quedaran al margen de estas limitaciones. Durante los años veinte y sobre todo en la década de los treinta, oficiales de la jefatura de armamento y construcción (más tarde el Heereswaffenamat), trabajaron en el desarrollo de un nuevo cartucho de menor potencia que se materializó en el 7,92 Kurz (corto), desarrollado por la firma Polte por encargo gubernamental. Llegados a este punto y de forma casi paralela debía desarrollarse el arma que lo disparara. El encargo recayó en Haenel y Walter y la tenacidad alemana unidas a las necesidades del momento, triunfaron donde otros habían fracasado.
Fue en 1938 cuando por decisión gubernamental se concedió un contrato a C. G. Haenel para desarrollar una carabina ametralladora (Machine-Karabiner, Mkb). El encargo recayó en su ingeniero jefe, nada menos que Hugo Schmeisser, padre de la familia de subfusiles MP, que llevará asociado el nombre Schmeisser para siempre. A esta notable familia de subfusiles se le incorporaron múltiples avances tecnológicos y productivos, como fue el empleo de chapa estampada y nervada como base esencial para facilitar su producción en serie.
En julio de 1942 fueron presentados los primeros ejemplares de Haenel denominados Mkb.42 (H), junto a dos carabinas Walther denominadas Mkb. (W). Entre los prototipos de Walther y Haenel había notables diferencias, como era la toma de gases, porque la primera optó por el pistón anular al cañón; mientras que Haenel incorporó la toma de gases por pistón situada encima del cañón. Verificadas sus excelentes prestaciones por el OKW (Oberkommando der Wehrmacht), los prototipos fueron presentados al mismo Adolf Hitler que manifiestamente se opuso al proyecto, aunque demostró cierto interés por el modelo de Walther. Después de la presentación, el Führer fue tajante: mandó suspender el programa Mkb., a la vez que recordaba que por razones logísticas y productivas no podían fabricarse armas ni municiones de nuevos calibres; también ordenó el incremento de la producción de los subfusiles MP (Machinen Pistole MP). Había que mentir a Hitler o dejar morir el proyecto Mkb y se decidió hacer lo primero. Además, para que el proyecto se pudiera nutrir con los presupuestos oficiales, se rebautizó con el nombre de MP42. Así, el desarrollo pudo proseguir sin levantar sospechas.
El proyecto original de Haenel considerado por la DWM y el OKW técnicamente más viable, fue sometido a una serie de modificaciones operativoproductivas antes de iniciar la producción, en serie. La programación inicial preveía el inicio de la producción para noviembre de 1942 y la entrega en marzo del 43 de 10.000 ejemplares, de los que sólo se alcanzó producir entre 7.000 y 8.000, habida cuenta de los problemas de desarrollo, logísticos y la falta de experiencia en la fabricación de componentes para armas por parte de algunos subcontratistas, así como los originados por las diferencias importantes en tolerancias entre los diversos materiales recepcionados, procedentes de las distintas empresas que participaban en su construcción. Las armas producidas fueron probadas en combate por primera vez en el frente ruso cerca de Cholm, a finales de 1942, con excelentes resultados.
En la primavera de 1943 el Führer ordenó una investigación a fin de depurar responsabilidades por haber desobedecido la orden de clausurar el proyecto Mkb. Sin embargo, sorprendido por los inmejorables informes sobre el MP43 que confirmaban su correcto funcionamiento en condiciones climáticas adversas, su gran precisión y que se trataba de un arma que debido a su superioridad mejoraba la moral de las tropas de asalto, cambió de idea y ordenó la producción masiva en detrimento de los subfusiles. El proyecto original de Haenel considerado por la DWM y el OKW técnicamente más viable, fue sometido a una serie de modificaciones operativoproductivas antes de iniciar la producción, en serie. La programación inicial preveía el inicio de la producción para noviembre de 1942 y la entrega en marzo del 43 de 10.000 ejemplares, de los que sólo se alcanzó producir entre 7.000 y 8.000, habida cuenta de los problemas de desarrollo, logísticos y la falta de experiencia en la fabricación de componentes para armas por parte de algunos subcontratistas, así como los originados por las diferencias importantes en tolerancias entre los diversos materiales recepcionados, procedentes de las distintas empresas que participaban en su construcción. Las armas producidas fueron probadas en combate por primera vez en el frente ruso cerca de Cholm, a finales de 1942, con excelentes resultados.
En 1944 se adopta como el arma estándar de la infantería alemana. Durante ese año se rebautiza con el nombre de MP44, seguramente para hacer creer que se trataba de un arma más avanzada y obtener mayores recursos para incrementar la producción. También se denominó con otro nombre que se atribuye al mismo Hitler y que ha perdurado hasta nuestros días: Sturmgewehr o fusil de asalto.
En noviembre de 1944 la producción alcanzó la cifra de unas 55.000 unidades al mes, fabricadas por Haenel, Walther, Erma, Mauser, Steyr y el grupo Sauer, entre otros fabricantes, además de un nutrido grupo de subcontratistas que mecanizaban partes y subconjuntos. El número total de unidades producidas se cifró en unas 650.000 al finalizar la II Guerra Mundial.
Pese a estar en producción durante tan sólo cuatro años escasos, se fabricaron varios modelos y variantes. Desde un principio, la versión Mkb42 (H) sufrió un notable número de modificaciones: inicialmente permitía la incorporación de bayoneta, cuya posibilidad fue eliminada al transformarse en MP 43. También se modificaron la culata y otras partes del arma. La versión MP 43/1 aparece con las mismas características que la anterior, pero con la posibilidad de montar diferentes bocachas para lanzar granadas. Luego apareció el MP44 en abril del 1944 con la posibilidad de montar el compensador del Kar 98K, una reducción de diámetro en la boca de fuego, así como el acortamiento de la rosca en la misma boca del cañón. Por fin, coincidiendo con el final de 1944, se produjo otro cambio puramente honorífico, pues el arma recibió el nombre de Sturmgewerhr 44 (StG 44) o fusil de asalto 44, denominación que serviría para catalogar una nueva familia de armas cuyo nombre continúa vivo en nuestros días.
En su corta vida, el StG 44 sufrió una gran cantidad de modificaciones de gran utilidad cuyos desarrollos obedecían a incrementar sus aplicaciones prácticas frente a problemas concretos, campo en el que también puede considerarse pionero. El arma fue equipada en algunos casos concretos con silenciador, mira telescópica e incluso con sistema de visión nocturna por infrarrojos, por lo que fue bautizada con el nombre de Vampire (vampiro), palabra que lo define muy bien. El tiempo demostraría lo acertado de estas decisiones.
No obstante, la versión más sorprendente es, sin duda, el MP 44 Krummlauf (trompa), dotado con un cañón curvo y construido por Haenel Waffen en dos versiones. Un modelo se denominó Vorsats J (propósito de infantería) y fue diseñado especialmente para combate urbano con ángulo de 30° para poder disparar permaneciendo detrás de las esquinas de los edificios o de otras protecciones. Incorporaba un original sistema periscópico de puntería incorporado en el accesorio curvado del cañón. La otra versión, denominada Vorsats P (propósito de blindados), se desarrolló para poder utilizar el arma desde el interior de los blindados y evitar los ángulos muertos que en muchos casos eran aprovechados por los cazadores de carros; sin duda, en su desarrollo tuvo mucha influencia las experiencias de la batalla de carros más importante de la historia: la de Kursk, en el frente ruso, donde se puso de manifiesto este punto débil en los blindados.
No obstante, la versión más sorprendente es, sin duda, el MP 44 Krummlauf (trompa), dotado con un cañón curvo y construido por Haenel Waffen en dos versiones. Un modelo se denominó Vorsats J (propósito de infantería) y fue diseñado especialmente para combate urbano con ángulo de 30° para poder disparar permaneciendo detrás de las esquinas de los edificios o de otras protecciones. Incorporaba un original sistema periscópico de puntería incorporado en el accesorio curvado del cañón. La otra versión, denominada Vorsats P (propósito de blindados), se desarrolló para poder utilizar el arma desde el interior de los blindados y evitar los ángulos muertos que en muchos casos eran aprovechados por los cazadores de carros; sin duda, en su desarrollo tuvo mucha influencia las experiencias de la batalla de carros más importante de la historia: la de Kursk, en el frente ruso, donde se puso de manifiesto este punto débil en los blindados.
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