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sábado, 7 de mayo de 2011

Hungría juzga a Sandor Kepiro, presunto nazi de 97 años

  • Sandor Kepiro fue puesto en la lista de los nazis más buscados del mundo por el Centro Simon Wiesenthal, una organización judía, debido a la muerte de más de mil 200 civiles serbios judíos





  • Berlín.- Un hombre húngaro de 97 años de edad, quien es acusado de complicidad en la comisión de crímenes de guerra por la muerte de más de mil civiles en Serbia en 1942, fue llevado a juicio hoy en Budapest.




  • Sandor Kepiro fue puesto en la lista de los nazis más buscados del mundo por el Centro Simon Wiesenthal, una organización judía, debido a la muerte de más de mil 200 civiles serbios judíos, asesinados durante tres días por las fuerzas húngaras en la ciudad de Novi Sad.
    Al llegar a la corte este miércoles, el acusado afirmó que es `totalmente inocente` y calificó el juicio como `un ensayo de circo`, antes de sentarse para mostrar un hoja de papel impresa con la leyenda: `asesinos de un anciano`.
    La Fiscalía lo acusa de complicidad en crímenes de guerra y en la audiencia indicó que reunirá evidencias sobre la ejecución de al menos 36 personas.
    En enero de 1942, los húngaros -aliados entonces de la Alemania nazi- cruzaron las aguas del río Danubio hacia Novi Sad y allí dispararon contra cientos de familias judías, según Lea Ljubibratic, un sobreviviente de esa masacre.
    Kepiro previamente fue condenado por su implicación en matanzas perpetradas en Hungría, en 1944, pero su condena revocada por el gobierno fascista, lo cual le permitió huir hacia Argentina.
    Hasta 1996, Kepiro regresó a Hungría y fue perseguido por la organización antinazi durante más de una década, hasta que lo encontró frente a una sinagoga en Budapest.
    El `presunto` nazi demandó al director del Centro Simon Wiesenthal, Efraim Zuroff, por difamación, pero este caso fue desechado el pasado martes por el tribunal, el cual consideró que tenía derecho de llamarlo `criminal de guerra` debido al veredicto de 1944.
    Sin embargo, Kepiro ha admitido su presencia en la incursión de Novi Sad, aunque asegura que `no se arrepiente de nada, todo lo que hice era mi deber`.