En la residencia de Beate Z. la Policía arrestó también ayer a Holger G., de 37 años, quien según investigaciones de la fiscalía pertenecería a un grupo llamado “Clandestinidad Nacional-Socialista”.
La investigación corre a cargo del fiscal federal de antiterrorismo. Beate Z. era buscada en el marco de una investigación sobre un ataque a mano armada el 4 de noviembre en Iena (este). Los presuntos autores del ataque, Uwe B. y Uwe M., viejos conocidos de Beate Z. en ambientes neonazis, fueron hallados muertos poco después en una casa rodante y los investigadores pensaron que se trataba de suicidios.
En ese vehículo encontraron el arma de una policía ultimada de un balazo en la cabeza en 2007 en Heilbronn (suroeste). Este asesinato no había sido dilucidado.
Holger G. habría ayudado a los tres sospechosos, dejándoles usar su permiso de conducir y su pasaporte. La Policía busca determinar ahora si participó activamente en los crímenes que están siendo investigados, según la fiscalía federal.
“Este caso muestra que quedan extremistas de derecha dispuestos a hacer uso de la violencia en Alemania”, lamentó el jefe de la bancada parlamentaria socialdemócrata (SPD, oposición), Thomas Oppermann, en el diario Die Welt.
Según este periódico, la Policía investiga posibles vínculos con otros casos, como un atentado en la estación ferroviaria de Dusseldorf en 2000, que hirió a varios judíos originarios de la ex Unión Soviética que habían viajado a Alemania para radicarse en este país o la explosión de una bomba en un barrio turco de Colonia en 2004.
Varios medios de comunicación hablan también de una posible “Fracción del Ejército Pardo”, refiriéndose al grupo armado de extrema izquierda “Fracción del Ejército Rojo” que, de los años 70 a los años 90, causó la muerte de más de 30 personas en Alemania.