Algunos vecinos de Vinnitsa, en Ucrania, temen que el proyecto de convertir las ruinas de un búnker que Hitler usó durante la II Guerra Mundial en un museo transforme su ciudad en un foco de neonazis.
El proyecto del ayuntamiento ha causado tanto revuelo que el presidente Viktor Yanukovych ha pedido en una visita reciente a Vinnitsa, de unos 400.000 habitantes, que la cuestión sea dirimida en referéndum.
El museo tenía previsto abrir sus puertas en mayo, con ocasión del aniversario de la victoria sobre los nazis.
Pero activistas socialistas y comunistas locales consiguieron frenar los planes alegando que crear un museo así favorecería la difusión de la propaganda nazi.La presidenta del comité regional del Partido Comunista, Lydia Zakusylova, asegura que tienen razones para creer que pasaría algo así.
"Ya antes, cuando solo había una señal de tráfico que indicaba la localización de Wehrwolf, había grupos de neonazis que se citaban para acudir al lugar", asevera.
"Teníamos que llamar a la policía, a las autoridades locales y a los miembros del partido para pararles los pies".Algunas de las propuestas para el museo eran alarmantes, según Zakusylova.
"Al principio, se propuso restaurar las fosas comunes en las que fueron enterrados los prisioneros de guerra", le dijo a la BBC.
"Pero más tarde surgieron planes para exhibir los uniformes y las banderas de los oficiales del Reich"."Querían ofrecer a los turistas la oportunidad de probarse los uniformes, colgarse del cuello ametralladoras y hacerse fotos con banderas nazis en el fondo. Eso era propaganda nazi descarada".
Una responsable del museo local de de Vinnitsa, Kateryna Vysotska, reconoció que esas propuestas habían sido hechas por coleccionistas locales, pero dijo que habían sido rechazadas.
Además, negó de forma tajante, que se esté preparando la apertura de un "museo nazi", como aseguran decenas de quejas presentadas por veteranos de guerra.
De hecho, agregó Vysotska, el futuro museo será un monumento conmemorativo de las víctimas del nazismo, y en sus instalaciones se incluirá una de las fosas comunes de aquellos que perdieron su vida.Más de 10.000 prisioneros de guerra y ucranios que construyeron el búnker de Hitler fueron asesinados por los nazis y enterrados allí mismo, dice la responsable.
"Hablamos con varios veteranos y les dijimos que el bunker de Hitler se había convertido en una atracción turística contra sus voluntades", agregó.
"La gente seguirá veniendo y será mejor que sea guiada por el personal de nuestro museo".
No solo se han opuesto al futuro museo los izquierdistas de Vinnitsa, sino también otros vecinos que no quieren perder tierras donde ahora pasta el ganado y juegan los niños.
Las obras comenzaron en 1941 y terminaron en abril de 1942. En marzo de 1944, cuando los alemanes se retiraban, lo dinamitaron.
El Wehrwolf era una versión reducida del Lair Wolf, el cuartel fortificado de Hitler en el este de Prusia.
Tenía sus propios generadores de electricidad, suministro de agua, un aeródromo y una piscina.
Había 81 casas de madera en la superficie y tres búnkers subterráneos, uno de ellos con muros de dos metros y medio de grosor.
Estos refugios aún no han sido explorados.
Todo lo que se puede ver en superficie son una pila de piedras y los restos de la piscina.