Los turcos mesjetinos, deportados de Georgia en tiempos de Stalin, intentan ahora volver a la tierra de sus antepasados, pero las autoridades georgianas obtaculizan su retorno.
En 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, Stalin ordenó deportar a Asia Central a más de 90.000 turcos mesjetinos, entonces asentados en la Georgia soviética.
Al transcurrir 45 años, en 1989, tuvieron que escapar de la república de Uzbekistán, entonces parte de la extinta URSS, a raíz de los violentos disturbios étnicos que estallaron en el Valle de Fergana.
Tras su éxodo de Uzbekistán los turcos mesjetios se asentaron en el sur de Rusia, en Kazajistán y en Azerbaiyán. Actualmente, la mayor parte de esta étnia reside en Azerbaiyán, Rusia, Turquia y Estados Unidos.
Tras casi 70 años viviendo fuera de su hogar, este pueblo quiere volver a lo que considera su Patria.
El jefe de la organización mundial de los turcos mesjetinos, Suleimán Barbakadze, ha ido muchas veces a Georgia y ha hecho todo lo posible para que "la ley de repatriación" funcione de una manera más eficaz.
El año pasado Suleimán fue arrestado en este país caucásico y condenado a 11 años de prisión por falsificación de documentos y fraude. Mavludakhan Barbakadze, su esposa, afirma que se trata de un caso fabricado: “No hay ninguna prueba que demuestre su culpabilidad. Estoy segura de que fue arrestado por motivos políticos o nacionalistas. No podemos hacer nada para ayudarle.”
Mientras Gobierno georgiano invierte en campañas publicitarias para que todo el mundo visite Georgia, cerca de 400.000 personas siguen soñando todavía con la posibilidad de poder entrar en ese territorio. Y es que todo el pueblo turco descendiente de aquel germen mesjetino no puede regresar a Georgia, la tierra de sus antepasados.
“Lo que queremos es volver a nuestra tierra natal, a Meskhetian, en Georgia. Eso es por lo que hemos luchado y con lo que llevamos soñando muchos años”, asegura Ampashulin Bektash, el jefe de la organización de los turcos mesjetinos de Vatán, en la república rusa de Kabardino-Balkaria, entrevistado por RT.
En 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, Stalin ordenó deportar a Asia Central a más de 90.000 turcos mesjetinos, entonces asentados en la Georgia soviética.
Al transcurrir 45 años, en 1989, tuvieron que escapar de la república de Uzbekistán, entonces parte de la extinta URSS, a raíz de los violentos disturbios étnicos que estallaron en el Valle de Fergana.
Tras su éxodo de Uzbekistán los turcos mesjetios se asentaron en el sur de Rusia, en Kazajistán y en Azerbaiyán. Actualmente, la mayor parte de esta étnia reside en Azerbaiyán, Rusia, Turquia y Estados Unidos.
Tras casi 70 años viviendo fuera de su hogar, este pueblo quiere volver a lo que considera su Patria.
El jefe de la organización mundial de los turcos mesjetinos, Suleimán Barbakadze, ha ido muchas veces a Georgia y ha hecho todo lo posible para que "la ley de repatriación" funcione de una manera más eficaz.
El año pasado Suleimán fue arrestado en este país caucásico y condenado a 11 años de prisión por falsificación de documentos y fraude. Mavludakhan Barbakadze, su esposa, afirma que se trata de un caso fabricado: “No hay ninguna prueba que demuestre su culpabilidad. Estoy segura de que fue arrestado por motivos políticos o nacionalistas. No podemos hacer nada para ayudarle.”
Mientras Gobierno georgiano invierte en campañas publicitarias para que todo el mundo visite Georgia, cerca de 400.000 personas siguen soñando todavía con la posibilidad de poder entrar en ese territorio. Y es que todo el pueblo turco descendiente de aquel germen mesjetino no puede regresar a Georgia, la tierra de sus antepasados.
“Lo que queremos es volver a nuestra tierra natal, a Meskhetian, en Georgia. Eso es por lo que hemos luchado y con lo que llevamos soñando muchos años”, asegura Ampashulin Bektash, el jefe de la organización de los turcos mesjetinos de Vatán, en la república rusa de Kabardino-Balkaria, entrevistado por RT.
En 2007 Georgia finalmente aprobó una ley de repatriación bajo presión del Consejo Europeo. Pero cuatro años después nada parece haber cambiado.
“La ley entró en vigor, pero estaba rodeada por una enorme cantidad de barreras burocráticas. Tuvimos que recopilar muchos documentos y volver a nuestra patria resultó casi imposible”, explica Ampashulin Bektash.
Por ahora, la mayoría de los turcos de Meskhetian se ven obligados a vivir alejados del lugar que consideran su hogar. Y así, lejos de su patria, sus esperanzas de volver a ella algún día parecen si cabe más inalcanzables
“La ley entró en vigor, pero estaba rodeada por una enorme cantidad de barreras burocráticas. Tuvimos que recopilar muchos documentos y volver a nuestra patria resultó casi imposible”, explica Ampashulin Bektash.
Por ahora, la mayoría de los turcos de Meskhetian se ven obligados a vivir alejados del lugar que consideran su hogar. Y así, lejos de su patria, sus esperanzas de volver a ella algún día parecen si cabe más inalcanzables