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domingo, 21 de agosto de 2011

Panzerkampfwagen VIII Maus

El Panzer VIII "Maus" fue un tanque superpesado creado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el tanque más pesado de toda la historia de los carros de combate hasta la actualidad, pero las expectativas del proyecto no fueron conformadas con el resultado final y terminó como un "tanque de museo".

Alemania contaba con una buena cantidad de diversos carros, pero con el comienzo del rearme, surgieron nuevas ideas. Los carros estaban en continua evolución y así lo demostrarían los alemanes durante la II Guerra Mundial, donde pasaron de tener unos carros blindados con apenas 2 ametralladoras y con un blindaje mínimo, a lo que sería la culminación de la exageración, crear el Panzer VIII, más conocido como “Maus”.

Su nombre proviene de la ironía que suponía aquel tanque. Era enorme y por ello lo apodaron “Mamut” (Mamoth) en alusiones a su gran tamaño y fuerza, pero pronto surgió el mote de “Pequeño Ratón” (Kleine Maus) y finalmente Ratón, o mejor dicho, Maus. La política alemana que se fue adoptando según transcurrían los meses se traducía en más peso, más blindaje y más potencia. Con este nuevo carro se pretendía demostrar la fuerza de Alemania y el éxito frente a los aliados y soviéticos. Pero el Maus nunca dejó de ser otro de los numerosos proyectos fallidos de la época, pues no se pudieron cumplir ni las especificaciones, ni mantener un coste y ritmo de producción adecuado.

La creación del Maus dio comienzo en 1941 y duró hasta el verano de 1943, cuando su estado cambió de preproducción a convertirse en el tanque más pesado de la historia. La necesidad de un carro pesado se hizo notar en los comienzos de la 2ª Guerra Mundial, cuando la mayoría de los tanques alemanes eran los modelos de Panzer I y Panzer II. El primero de estos dos se había desarrollado antes de la guerra con el fin de tener un carro de prácticas, pero la falta de medios acorazados y la necesidad de un tanque en las batallas, permitió que fuera usado como arma de combate junto con el Panzer II, otro carro ligero derivado de él y también de escasa potencia. Los modelos posteriores de Panzer, los tipo III y IV dieron un punto más al ejército nazi, que comenzó a contar con ciertas cantidades de estos dos carros medios, uno con la labor antitanque (Panzer III) y otro con la de artillería (Panzer IV) aunque pronto se convertiría en antitanque
también.

El Panzer IV se transformó en la “joya” de los carros alemanes, quienes enseñaron sus instalaciones a los soviéticos, con quienes tenían por entonces firmado un pacto de no agresión que poco tardaría en romperse por el lado alemán al invadir la Unión Soviética. Los soviéticos viendo aquellos tanques, no quisieron creer que aquello fuera lo mejor que tenían (Panzer IV), pero pronto verían que así era.



En el Frente Occidental, las buenas tácticas alemanas consiguieron muy buenos resultados frente a unos ejércitos bien apostados y con experiencia en la guerra. Pero en la anterior guerra mundial. Con tácticas modernas, von Manstein, Guderian y otros altos mandos alemanes se infiltraron en tierras enemigas batiendo todo lo que se ponía en su camino. Los Panzers fueron usados con mucho cuidado y los resultados fueron mejores de los esperados. La necesidad de un carro más potente se hizo notar en los enfrentamientos contra los carros británicos Matilda y Churchill, que a pesar de tener una baja potencia de fuego, tenían un blindaje que era muy resistente.

Sin embargo, el ataque contra la Unión Soviética era inminente y mediante la “Blitzkrieg” (Guerra Relámpago), dio comienzo la campaña que les costaría la derrota final en Europa. Pronto aparecieron los primeros carros soviéticos, algunos sin municiones, otros aislados, casi todos obsoletos modelos de principios de los años 30. Los Panzers y la artillería alemana comenzaron a luchar contra un enemigo del que poco se sabía, pero del que pronto no se olvidaría. Pronto aparecerían en escena los nuevos carros soviéticos, fabricados en grandes cantidades. Los primeros enfrentamientos fueron impactantes para los alemanes, pues el blindaje inclinado y potencia de los carros a los que se enfrentaban eran muy superiores a los suyos. Los tanques tipo KV (I y II) y los T-34 produjeron un shock en el ejército alemán que pronto pediría un carro más potente.

La respuesta inmediata fue poner en marcha el proceso de fabricación del carro Tiger I, que no dejaría de ser un diseño atrasado, pero con una potencia de fuego de la que todo el mundo se acordaría. También aparecerían otros proyectos como el del Panther, muy inspirado en el T-34 , así como el del Maus, que tendría su momento de esplendor. Guderian se sintió muy feliz por la idea de la aparición de la nueva serie de tanques pesados alemanes, pues fue él uno de los mayores impulsores de las Panzerdivisionen.

Hitler pidió a Porsche la creación de un tanque grande, muy pesado y protegido. Le proporcionó un firme contrato para la construcción de este “súper-tanque”. Varios proyectos salieron a la luz. El Panzer VII Löwe (león) es un ejemplo de lo que el pensamiento alemán quería, pero que no se llegó a terminar nunca. Algunos ingenieros incluso llegaron a pensar en el diseño de un tanque de 1000 Tn y otro bromeando dijo, “¿1.000 Tn? Podemos hacer uno de hasta 1.500 Tn”. Incluso se llegaron a realizar los dos proyectos, (Landkreuzer P. 1000 Ratte y P. 1500 Monster) pero su inviabilidad terminó por aclarar las ideas. Finalmente el Maus fue el proyecto que se llevó a cabo.

Las características de este carro estaban muy claras, protección y potencia. El primer error del proyecto fue subestimar la tercera regla de oro de todo carro de combate, la movilidad. Inicialmente se proyectó un carro de 120 toneladas, que terminaría por pasar a pesar 188 Tn. Además, Hitler pidió que su nuevo Panzer pudiese cargar hasta 100 proyectiles, previendo que los iba a necesitar, aunque nunca se llegó a cumplir este requisito, por el enorme tamaño que necesitaría el carro y el incremento de peso añadido. El problema no es que fueran tantos proyectiles, si no que el calibre de los proyectiles iba a ser demasiado.

El armamento del tanque fue llevado a cabo por la compañía Krupp, experta en estos temas, así como el chasis y la torreta. El ensamblaje final lo haría la compañía Alkett. La primera propuesta fue usar un cañón de 150 mm L/74 junto a un cañón automático de 20 mm coaxial. Más que suficiente para derrotar a cualquier tanque conocido, ya que era un calibre muy grande y totalmente innecesario, por lo que se optó por uno de 120 mm/L55. Además, todo este pesado armamento tenía su coste en personal, que requería un aumento a 6 personas en la tripulación, cuando normalmente se usaban 4. En enero de 1943, Hitler decidió que finalmente se emplearía un cañón de 128 mm junto con otro auxiliar de 75 mm. Sin duda alguna, la petición de almacenaje de munición se veía cada vez más imposible, con estos grandes calibres.

El chasis se creó dándole una inclinación en el frontal y en los laterales de la torreta, consiguiendo una protección de entre 60-240 mm, lo cual lo convertían en el tanque más protegido del momento. Pero toda esta protección tenía su precio y por ello necesitó acarrear un gran lastre durante toda su vida, el sobrepeso. No debemos olvidarnos de otro factor importante, como lo era el tamaño. Con el motor y blindaje que llevaba, su altura se disparó, proporcionando un blanco enorme a kilómetros de distancia.

El principal problema del Maus era su peso. En el Panther y Tiger hubo grandes problemas en las suspensiones y los trenes de rodadura por soportar un peso superior al previsto. En este caso pasaba lo mismo. No se había dado nunca el caso de un tanque tan pesado y esto acarreó diversos problemas. Por de pronto, encontrar “algo” que pudiera moverlo. Además, la presión sobre el suelo debía ser reducida a toda costa, o se quedaría atrancado en el fango o cualquier zona con barro. Para ello se optó por equiparlo con unas orugas enormes, aun sabiendo el aumento de peso que ello suponía.
El motor Daimler-Mercedes Benz MB 509 de 12 cilindros y 1080 CV usado inicialmente en aviones fue el encargado de dar potencia al Maus.

La lista negra de problemas aumentaba poco a poco. No sólo era necesario un motor de avión, sino que sólo se podía andar 180 km con el depósito de 2.700 litros que llevaba (más 1.500 en barriles de reserva), y además la velocidad máxima a la que podría recorrer esa distancia era teóricamente de 20 km/h, de los cuales sólo pudo alcanzar 13 km/h en las cuidadas pistas de entrenamiento. Para ello hubo que adaptar trenes, suspensiones y numerosos cambios mecánicos que dieron muchos quebraderos de cabeza a los ingenieros alemanes. La fiabilidad fue un lastre para muchos carros y éste necesitaban probarlo bien para no caer en este defecto. Para ello el costo de la suspensión se disparó con el fin de hacerla lo mejor posible.

Todos estos problemas se traducían en que si un Maus se averiaba, harían falta al menos dos más para poder desatascarlo, lo cual dada la poca velocidad máxima que poseían, se tradujese en el abandono sistemático del tanque y/o destrucción del mismo. Por si fuera poco, la mayoría de puentes no aguantaban su peso y se ideó la manera de poder sumergirlo hasta 12 metros mientras otro Maus le aportaba energía desde la orilla, para luego pasar él mientras el otro le devolvía la moneda.


Si la producción de tanques no fue muy elevada, ya que se pidió hacer tan sólo 150 unidades, de lo que estimaban poder fabricar unas 5 unidades por mes, de las cuales se haría al final un solitario tanque. A pesar de haberse cancelado la producción con sólo un ejemplar en activo, se permitió seguir con la investigación y desarrollo de una nueva versión.

De este ejemplar, se alcanzaron a construir dos modelos. Uno se perdió en la defensa de la fábrica durante un raid aéreo y el otro fue capturado por las tropas soviéticas. El único que queda es una valiosísima pieza de museo, como tanque superpesado; su poca agilidad no le permitía incorporarse a las Divisiones Panzer y poco más podía hacer como tal.


Maus II

La cancelación del primer proyecto Maus (1944), dio comienzo a una segunda etapa de desarrollo. Los planteamientos iniciales fueron similares al del primer Maus, pero buscando algo todavía más potente. El armamento principal fue finalmente un cañón naval de 128 mm KwK 44 L/55 junto con otro coaxial de 75 mm KwK 44 L/55 y una ametralladora MG34 de 7,92 mm. Dicho armamento era suficiente para eliminar cualquier carro existente en la época a 4.000 metros de distancia. Al final, cuando Hitler vio el cañón de 128 mm, dijo que parecía un juguete en comparación del resto del carro, por lo que pidió uno de 150 mm L/74, el cual tenía menos alcance y velocidad de salida, junto con el inconveniente del almacenaje y la menor cadencia de disparo.

La forma de impresionar a sus enemigos, de nuevo apareció en la cabeza del Führer, que volvía a cometer los mismos errores, como los famosos Mörsers, que tan sólo sirvieron para ocupar sitio en los museos militares del mundo. A pesar de que el cañón de 128 mm era suficiente, no parecía adecuado al tamaño del carro, pero nadie podía rebatir las ideas de Hitler, terminándose por hacer cosas inútiles y sin sentido.

Los problemas motrices del Maus I se intentaron mejorar usando un motor Daimler-Benz diesel MB512 de 12 cilindros y 1500 CV. A priori, podría parecer una mejora sustancial, pero si antes no se rebasaban los 13 km/h con 1080 CV, esta vez el resultado tampoco sería satisfactorio. Además, estaban los contínuos problemas mecánicos, resaltando entre ellos la suspensión, que tenía que aguantar demasiado peso, junto con la baja relación potencia/peso (8CV/Tn), lo que llevó de nuevo a los ingenieros a pensar en la necesidad de mejorar el diseño, cosa que al final no se hizo, debido a los incesantes bombardeos de las factorías, como por los problemas de su diseño y fabricación, que no tenían una solución sencilla.

A causa de dichos bombardeos, el proyecto tardó más de lo esperado, y los buenos materiales de construcción de los que se disponían al inicio de la guerra comenzaban a escasear y los problemas venían uno tras otro.

Al final, el proyecto se terminó abandonando. Se llegó a construir un vehículo para remolcar al Maus II e incluso una adaptación como antiaéreo con 2 cañones de 88 mm, de lo que podemos pensar en la desesperación general al ver que era un vehículo que carecía de iniciativa propia dada su velocidad, que no podía ocultarse para una buena defensa por su altura, y que podría valer como último caso como sistema antiaéreo, lo cual no justificaría su coste de fábrica en una labor que no necesitaba un sistema tan complejo de fabricación así como un blindaje tan grueso. En las fábricas se encontraron varias torretas diferentes, pero con un aspecto bastante similar, y una de ellas fue la que se puso sobre el Maus que hoy está expuesto en el museo militar de Kubinka, Rusia.

Tanque Pesado E-100

El tanque pesado E-100 fue el principal prototipo que compitió con el Maus por el contrato de producción. La compañía Krupp pretendía tener la licencia de producción, aun siendo un proyecto anterior al Maus, el cuál, finalmente se llevaría “la gloria”, o al menos que fue el elegido. El contrato entre Hitler y Porsche, terminó por llevar al E-100 (también llamado Tiger-Maus) a su cancelación, en un arrebato por parte del canciller alemán.

Las cualidades técnicas del E-100 son bastante desconocidas. Se sabía que a pesar de llamarse “100”, su peso iba a ser de 130 Tn, lo cual ya de por sí mejoraba mucho la movilidad, basándose en el chasis del Tiger II, con una mejor protección y una torreta muy similar a la del Maus. El blindaje era menos grueso, pero suficiente como para enfrentarse a las hordas de los T-34 soviéticos y los Shermans aliados, que eran sus principales enemigos. Ningún carro podría hacerle frente en combate uno contra uno, pero seguía siendo un error su construcción, pues no era lo que realmente necesitaba el ejército alemán.


Uso en combate

El uso en combate del Maus fue escasísimo. Algunas fuentes indican que nunca llegó a disparar, aunque parece que hay argumentos que desvelan su mínimo uso. Además, si añadimos a todo esto, el que no podía estar en las primeras líneas defensivas donde estaba la mayor fuerza alemana, nos podemos hacer la idea de que siempre combatió casi aislado. En Kubinka (museo militar ruso) hay un Maus I (denominado V1, así como V2, el Maus II) que fue capturado por los soviéticos durante la II Guerra Mundial. Sobre él probaron todos los cañones y obuses de los que disponían en aquel momento, sacando la conclusión de que era invulnerable en su frontal. Además, esto marcó una pauta en el diseño de los siguientes carros de combate soviéticos de post-guerra, que llevaron gruesos blindajes.

El mayor problema del Maus en combate, era el de quedarse aislado en una retirada alemana, o verse envuelto en un combate contra la aviación soviética, que volando a cotas bajas, podían sorprenderlo desde arriba. Por esto mismo, a pesar de que los blindados no podían con él, bastaba un buen impacto en las
orugas para inmovilizarlo y poder abordarlo con infantería, o por un impacto directo desde el aire.

Acerca del Maus II, existe muy poca información al respecto. Los rumores apuntan que estuvo presente en la defensa de la fábrica donde se construyó, con la torreta de pruebas aún puesta. Este fue el capturado por los soviéticos, mientras que en el interior de la fábrica se encontraron varias torretas y chasis para la construcción de más tanques. El otro prototipo terminado se encontró en Zossen, donde a causa de una avería, sus tripulantes lo destruyeron para no caer en manos enemigas (lo que no sabían era que un ejemplar había sido ya capturado por el Ejército Rojo). Interesados con la nueva adquisición, los ingenieros soviéticos insertaron una torreta intacta del Maus, de las que descubrieron en la fábrica al carro capturado, intercambiando la torreta de pruebas por una real.


La ingeniería alemana trabajó muy duro para conseguir lo que les pedían los altos cargos nazis, pero no evaluaron correctamente la manera de conseguir sus objetivos. Con frecuencia se diseñaban muchas armas nuevas sin siquiera evaluar el rendimiento que darían en el campo de batalla, con lo que al final, la mayoría de ellas resultaban ser un derroche de dinero y tiempo. Con una primera etapa de la guerra, beneficiosa para los alemanes, éstos no repararon en gastos y no encontraban la necesidad de crear una industria bien consolidada que funcionara más rápido que la de sus enemigos. La confianza en la superioridad fue un grave error que los condenó a la derrota.

El Maus quizás fue uno de los mayores errores en cuanto a carros blindados alemanes, pero es que no fue el único. Con una estimación de 5 unidades al mes de producción, no podían competir con la producción masiva de tanques de los americanos o soviéticos, que creaban cientos de carros más baratos, pero que a la hora de la verdad en batalla, eran como las hormigas rojas atacando a una presa más grande y menos numerosa.

El impacto de los carros soviéticos del tipo KV y los T-34 produjeron una rápida respuesta alemana. El Panther nació de inmediato y con las prisas de su construcción, estuvo durante más de un año con problemas de diseño continuados, mientras que el Tiger I, mucho más fiable y caro, confirmó lo que los alemanes buscaban, un carro superior al enemigo, pero faltaba algo más en sus análisis. Si los alemanes hubieran fabricado el T-34 en vez del Tiger I, no habría habido diferencias en el resultado final entre modelos, pero como los soviéticos contaban con una producción mucho más alta, hizo real el análisis alemán de la necesidad de la creación de un carro más potente que el de sus enemigos.

Sin embargo, la comparación entre el IS-2 y el Tiger II nos puede abrir los ojos con claridad. El primero era más barato y fácil de construir que el modelo alemán, consumiendo muchos menos recursos e igual de efectivo en el campo de batalla. Esto nos lleva al punto en el que los ingenieros alemanes se vieron incapaces de crear un diseño superior al de los soviéticos y que además fuera rentable en su producción, mientras que en las fábricas rusas, en su busqueda de la simplicidad, encontraron un camino, costoso en vidas humanas, pero eficaz en la construcción de tanques baratos y eficaces.

La idea de construir unos tanques de 1000 Tn (P1000) y 1.500Tn (P1500), nos muestran la filosofía de la industria armamentística alemana. Mientras que los primeros Panzers alemanes fabricados a comienzos de la guerra se volvieron poco a poco inútiles contra la aparición de los nuevos carros de combate soviéticos, haciéndose obsoletos, en vez de buscar un carro superior y poder disponer de él en grandes cantidades rápidamente, se dedicaron a idear “el carro definitivo” que nunca consiguieron llegar a poner en el frente. El Panther costaba la mitad que un Tiger I, pero su inestabilidad mecánica era todo un problema en el campo de batalla. Una solución pudo haber sido invertir más dinero en dicho carro y tratar de ponerlo en marcha al 100%, en vez de dar paso a creaciones como el cazacarros Elefant (o Ferdinand, por el nombre de su creador Ferdinand Porsche), Jagdtigers y demás carros pesados que suponían una gran inversión de materias primas cada vez más escasas.

El peso fue otro factor determinante. Alemania no podía derrochar su combustible y lo hacía constantemente. El Maus era como un agujero negro en este sentido. Consumía todo el combustible del depósito en solo unos 160 km de trayecto, que no era nada más ni nada menos que 2.600 l. Es importante destacar que el malgasto de materiales esenciales era muy evidente. Tan sólo hace falta comparar el IS-2 con el Panther, para darse cuenta de que el primero era superior en blindaje, movilidad y en potencia de fuego (no tan penetrante, pero excelente con munición de alto poder explosivo; HE), mientras que la diferencia de peso es de apenas 2 toneladas en contra del IS-2.

En resumen, la viabilidad de crear un tanque superior al de sus enemigos, que fuese capaz de inclinar la balanza hacia el lado nazi, fue una tarea imposible, basándonos simplemente en la comparación del material de un bando y otro. Pero no debemos olvidarnos, que si hablamos de la guerra en general, tanto aviones, como artillería tienen que ser evaluados en un solo conjunto, con lo que esto ya se escapa de lo que es este artículo, dedicado al tanque alemán “Maus”.

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